El Ácido Ascórbico y El Ejercicio
Como ya sabemos la Vitamina C se encarga de la formación y mantenimiento del colágeno (esencial para tener huesos, ligamentos y vasos sanguíneos sanos). También interviene en el metabolismo de los aminoácidos, en la síntesis de algunas hormonas como las catecolaminas y los corticoides, que son antiinflamatorios. Favorece la absorción del hierro. También es un importante Antioxidante.
En relación a la actividad física, podemos decir son catalizadores de las reacciones químicas relacionadas con el metabolismo de los glúcidos y de las grasas. Por otra parte, las coenzimas NADH y FAD, pertenecientes a este mismo grupo, son moléculas receptoras de electrones que permiten la resíntesis continua del ATP.
Son numerosas las investigaciones llevadas a cabo acerca de la vitamina C y sus posibles efectos con la suplementación y dosis de la misma. Según Davison G. Gleeson M, Phillips S; En un estudio de la Universidad de Gales cuyo propósito era examinar los efectos de la suplementación diaria de Vitamina C y E y ver las respuestas que esta suponía para el sistema inmunoendocrino ante un ejercicio prolongado. Los resultaros de dicho estudio sugirieron que esta suplementación de Antioxidantes (en adelante AO) pueden “blunt” la respuesta del cortisol a un solo entrenamiento de ejercicio prolongado.
Y si además añadimos la práctica de ejercicio moderado, podremos observar que beneficios se obtendrán en el perfil lipídico, y ver como disminuyen los riesgos cardiovasculares; Así Ciocoiu M, Badescu M, Paduraru I(2007) y otros autores como Rodrigo R, Prat H, Passalacqua W, Araya J, Bächler JP(2008), observan como la suplementación de Vitamina C disminuye la presión arterial en pacientes con hipertensión y por lo tanto el riesgo cardiovascular asociado.
Otros autores atribuyen efectos vasodilatadores a la suplementación de vitamina C (Plantinga Y, Ghiadoni L, Magagna A, Giannarelli C, Franzoni F, Taddei S, Salvetti A.,2000), lo que probablemente disminuya el riesgo de enfermedades cardiovasculares.